Puentes de Amor: Raíces y Alas

La inteligencia emocional supone el 70% del éxito en la vida adulta de las personas, mientras que un 30% se basa en la Inteligencia Intelectual, estos datos los he obtenido de una charla a la que tuve la suerte de asistir hace un par de semanas. Siempre he pensado que mi madre tenía una inteligencia practica equivalente a la inteligencia emocional.

Desde pequeña la conexión con mi madre siempre ha sido especial llegando a convertirse en mi amiga y en amiga de mis amigas, sin perder nunca el horizonte ya que ante todo era mi madre, pero el acercamiento por parte de ella  a mis inquietudes, miedos y retos, hizo que se fuesen tejiendo unos lazos indestructibles con el paso del tiempo.  A día de hoy, aún viviendo a 1000km de distancia no hay día que no la sienta cerca y es una alegría cuando viene a vernos, el disfrutar de su compañía siempre es un aprendizaje sobre algún tema, eso es lo que me encanta de ella, la admiro profundamente.

Por aquel entonces no existían los móviles con GPS ni Google Maps ni nada por el estilo, pero si los GPS Tom Tom, mi padre recuerdo que tenía uno en el coche que se cargaba con el dispositivo del encendedor, a mitad de camino pare en una gasolinera para incluir la dirección exacta del pueblo cerca a Santander al que teníamos que ir, configuramos el Tom Tom y continuamos la marcha.

De repente por el altavoz de aquel aparato salió una voz femenina y delicada que iba indicando: “Gire usted a la derecha, continúe recto y vuelva a girar la izquierda, Clin Clin Radar en 100 metros… y así un montón de indicaciones para llegar a nuestro destino. Aquí viene lo desternillante:

En el primer momento que mi madre escucho la voz de aquella mujer, sus ojos se abrieron como platos, giro su cabeza hacia mí y con la voz y expresión en la cara de haber visto a un fantasma, salto como un resorte de su asiento y suelta: ¿Rosa el aparato nos está hablando?, Pero ¿Cómo sabe por dónde tenemos que ir?,¿Qué pasa si se equivocan, te mandan a otro sitio?, ¿Esto lo puede tener cualquier conductor en su coche? Un batallón de preguntas salió de la cabeza y boca de mi asombrada madre. Yo pensé.... Esta es la mía, vamos a inventar la trola del siglo: Le respondí, con un semblante serio y de total convicción:

Mama, no me digas que no has oído hablar de este proyecto que han llevado a cabo expertos de todo el mundo, para orientar a todos los conductores a llegar a sus destinos. Mi madre no dejaba de mirarme.

Yo: Pues bien, mama, esta mujer que nos habla a través del altavoz del Tom Tom, se encuentra en el espacio, en una base espacial  a miles de kilómetros de la tierra y desde allí va dirigiéndonos a todos. Le conteste, aguantándome la desternillante risa que deseaba salir entre la comisura de mis labios, pero reprimía para no delatarme.

Mama: Pero, ¿Cómo que está en el espacio, solo esta ella? ¿Cuánto tiempo hace que está allí, y no tiene familia esa mujer, como va a saber ella  a dónde quieren ir todas las personas que meten una dirección en ese aparato? ¿Quién le lleva comida?

Yo: ¡Uy! Mama cada 6 meses le hacen el relevo para que baje a la tierra y sube otra persona para estar otros 6 meses, comen comida deshidratada como los astronautas y son 4 personas para dirigir a todos los conductores del todo el mundo.

Mama: Es increíble Rosa, menudo estrés de trabajo, no sabía que existía esto.  ¡Es increíble, como avanza la tecnología!

A toda esta conversación mi madre no deja de mirarme con los ojos abiertos que parecía que se le salían las orbitas, pero la broma no pudo durar más tiempo porque no aguanté más, teniendo que parar en la primera área de servicio para poder salir del coche y empezar a reír a carcajada limpia y a todo lo que me daba el tono de mi voz. Cuando mi madre me vio salir del coche, rápidamente ella también se bajo de coche, no sabiendo muy bien que estaba pasando, al ver que todo era una gordísima y monumental trola, comenzó a reír conmigo. Allí nos tiramos 15 minutos no pudiendo parar ninguna de las dos. Cuando ya nos calmamos retomamos nuestro viaje y llegamos sanas y salvas a nuestro destino, sin haberse equivocada  aquella mujer que se encontraba en el espacio indicándonos jajajaajajjaaj, ni una sola vez

He de decir que cada vez que nos acordábamos de alguna de las preguntas de mi madre, durante ese viaje las dos nos empezábamos a reír sin parar. Siempre recordare esta historia como si la hubiésemos vivido ayer.

En lo que se refiere a la educación de mis hijos siempre he tenido como referente la forma en como lo han hecho mis padres con nosotras, sin miedo al fracaso y sintiéndose capaces de todo lo que les ha pasado por su mente y siempre con una sonrisa en sus bocas. Así lo recuerdo cuando pienso en ellos.

Estoy sumamente orgullosa de ellos, siempre nos han dado libertad para soñar, nos han enseñado hacerlo y lo mejor nos han acompañado en esos sueños respetándolos, a veces por increíbles que pareciesen. 

Estoy recordando un par de anécdotas relacionadas con esos sueños increíbles que alguna vez tuvimos y como ellos pusieron la primera piedra para materializarlos, pero eso será otro día cuando lo cuente....