El círculo de fortaleza es el lugar en el que te sientes segura, es un proceso continuo en el que tu vida mejora y prospera al tener que hacer frente a desafíos haciendo que identifiques tus habilidades y debilidades cuando te enfrentas a ellos.
En infinidad de ocasiones damos por hecho que podremos con todo cargando a nuestras espaldas toda situación sobrevenida, aunque la mayor parte de las veces sea así y estemos convencido de ello, debemos permitirnos tomarnos un alto en el camino, aceptando que las personas que nos quieren y tenemos la suerte de tener alrededor nos brinden su apoyo, entrando a formar parte de nuestro “Círculo de fortaleza”.
Aceptar ese apoyo incondicional podrá enriquecernos de una visión paralela, una alternativa ante cualquier adversidad que estemos viviendo, y no por ello debemos prestar demasiada atención a los posibles sentimientos de vulnerabilidad que puedan aflorar en nuestro YO interno, debiendo dejarlos ir de la misma forma que han venido.
Tu decides quien quieres que forme parte de ese círculo. Puede ser un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, tu pareja, un profesional, quien tu decidas ya que eres el único administrador de ese espacio interior creado por y para ti.
Es tan importante identificar las habilidades como las debilidades que puedan surgir en un momento determinado, solo así podremos aceptar la ayuda que necesitamos en algunas ocasiones , ampliando el proceso continuo de crecimiento y prosperidad de nuestro “Círculo de fortaleza”. Esa pequeña acción nos ayudara a crecer y transitar por la propia vida.
El tiempo que mi familia ha compartido con la enfermedad de mi hija, hizo que mi “Círculo de fortaleza” variase, ampliando las personas que formaban parte de él, la figura de las enfermeras a las que veíamos semanalmente, el cirujano junto a su equipo médico que la intervinieron quirúrgicamente y con el que manteníamos una estrecha relación, los terapeutas de las distintas disciplinas que estaban con ella cada día ayudándola en su evolución, todos y cada uno de ellos formaron mi circulo. Hablar con esas personas, saber que estaban ahí, hizo que me sintiese segura y que nunca experimentase la sensación de estar sola.
En mi “Circulo de fortaleza” también hubo espacio para una personita muy especial y su mama, un niño precioso llamado Gabriel y su luchadora mama, una mujer increíble que aporto a mi vida mucha Luz, con ellos coincidíamos semanalmente en el tratamiento oncológico a los que se sometían nuestros pequeños guerreros.
Actualmente mi circulo de fortaleza ha variado ya que las circunstancias actuales también lo han hecho, pero hay "Cuatro pilares fundamentales" en ese circulo desde siempre, ellos saben quienes son. Os quiero tanto y habéis aportado tanta Luz a nuestro camino pese a la distancia de algunos, que solo me queda agradecer que forméis parte de él.
¡Os propongo un plan! Seguramente la mayoría de los lectores nunca os hayáis planteado construir vuestro circulo, pues bien: Sentaros a solas con vosotros mismos, sin ninguna distracción y analizar quienes queréis que formen parte de vuestro circulo, con el tiempo esa construcción de vuestro espacio seguro ayudara a que transitéis por la adversidad: Mas seguros, mas conscientes y hasta en alguna ocasión os sintáis invencibles, aceptando cualquier resultado, ya que no os sentiréis solos y la carga compartida es menos carga.
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